Salvaje y determinada

Más allá del desparpajo con el que se desenvuelve en la televisión chilena, la brasileña, ex polola de Alexis Sánchez, atesora una carrera como modelo que comenzó a los 14 años en Nueva York. Hasta que tropezó con Chile y cambió la moda por los reality shows, entre ellos Amor a prueba (Mega). ¿Por qué? Su respuesta es categórica: por dinero, porque en la TV gana más. Con nuevos objetivos, Michelle Carvalho dice que su belleza es su trabajo y que con ella construirá un imperio.




Paula 1171. Sábado 11 de abril de 2015.

Una historia que se repite entre las modelos: era una niña y en su barrio de Santo André (São Paulo), sus vecinos y compañeros de escuela le hacían bullying porque era demasiado alta y usaba frenillos. Hasta que un día, en esas mismas calles, un agente vio su potencial y le ofreció trabajar como modelo. Así, como muchas otras brasileñas, Michelle Carvalho (21), conocida en Chile como figura infaltable de cuanto reality show (ha estado en Mundos opuestos, Pareja perfecta y Amor a prueba), se fue de su casa a los 13 años no sin antes hacer un juramento: se prometió ser famosa y ganar plata para devolverle la mano a su madre, una empleada de telemarketing, y a su padrastro policía. Se juró a sí misma que sus hijos jamás pasarían las necesidades que ella sufrió. Con ese foco fue fichada por la agencia Elite, adelgazó, aprendió a enfrentar una cámara y a caminar sobre una pasarela. A los 14 ya estaba en Nueva York, haciendo publicidad y desfilando, aunque también no faltó el diseñador que prefirió dejarla fuera, porque su cara, demasiada linda, opacaba los vestidos.

Después de regresar a Brasil, y de una estadía en Europa, a los 18, y casi por accidente, se vino a Santiago, donde con su look de amazona irrumpió en la farándula y se hizo conocida por su romance con Joche, otro chico reality, y más tarde como pareja de Alexis Sánchez. Han pasado ocho años desde que se independizó y Michelle no ha retrocedido ni un milímetro en sus metas. Si se ha quedado en Chile es por una simple razón: "aquí puedo ganar mucho más dinero que si partiera desde cero en Estados Unidos".

Suena fuerte irse de la casa a los 13 años. ¿Qué buscabas, además de bienestar económico?

Siempre soñé con verme en revistas, hacer publicidad, que la gente me reconociera en la calle, que mi familia me viera y dijera: "nuestra hija es famosa".

"Cuando chica no era linda, así me hacían sentir mis compañeros de escuela, entonces no tenía autoestima", dice la brasileña, quien dejó su casa a los 13 para ser modelo. "Siempre soñé con verme en revistas, que la gente me reconociera en la calle y mi familia dijera: nuestra hija es famosa".

¿Siempre quisiste ser modelo?

Siempre, pero cuando chica no era linda, al menos así me lo hacían sentir mis compañeros en la escuela, entonces no tenía autoestima.

¿Cuándo comenzaste a sentirte bonita?

A los 13, cuando me descubrieron. De ahí estuve un año en tratamientos de cuidados de pelo, arreglo de mis dientes y gimnasio. Cuando estaba lista, partí a Nueva York.

Estuviste un año completo preparándote.

Sí, porque pesaba sesenta kilos, que es el peso que tengo hoy. Era una niña y me encantaban los dulces. Recuerdo que, como parte de mi preparación, mi mamá me mandó a la casa de una tía que vivía en el campo y allí solo me alimenté de verduras y carne. El helado más cercano estaba a dos horas de viaje, entonces tenía muy pocas posibilidades de salirme de ese régimen. Además, me movía todo el día. Me levantaba a las 4 de la mañana a ordeñar vacas y seguía todo el día trabajando en el campo. En dos meses bajé diez kilos.

¿Cómo resumes tu experiencia en Nueva York?

Fue una apuesta. Lo común cuando partes como modelo es comenzar en ciudades chicas. Yo lo hice al revés. Llegué a Nueva York con 14 años y una chaperona de la agencia me llevó a un departamento en el que viví junto a otras modelos de todas partes del mundo. Todos los días tenía reuniones con clientes, pruebas de fotografía y hasta desfilé en la Semana de la Moda.

¿Estabas cumpliendo tu sueño?

Sí y no. A las tres semanas quería regresar a Brasil. Me sentía sola, no entendía el idioma, no podía salir, ya que a las 9 de la mañana, todos los días, debía estar lista porque la chaperona me iba a buscar para trabajar y regresaba agotada a las 10 de la noche.

"Mi cara y mi cuerpo me abren puertas para trabajar. La belleza es mi trabajo. Si fuera un genio de internet, trabajaría con una computadora".

¿Qué aprendiste?

Aprendí a trabajar, inglés, me enseñaron a vestirme, me llevaron a comprar ropa. Me exigían muchísimo, era estresante, pero logré armar un buen material con mis fotos con el que regresé a Brasil después de tres meses. Eso me permitió hacer fotos para revistas teen y campañas publicitarias de productos de belleza. Luego partí por un tiempo a Buenos Aires.

¿Por qué no te quedaste en Nueva York?

Era muy chica y no podía hacer nada grande. Tuve castings con Victoria's Secret y Maybelline, pero en los dos me dejaron fuera por ser menor de 18. Entonces regresé y seguí trabajando,  haciendo básicamente publicidad en Latinoamérica y Europa. En París estuve tres años, luego estuve en Nueva Zelanda.

¿Por qué viniste a Chile?

En París tuve una relación de tres años y cuando se acabó volví a Brasil, hasta que un día vine a Chile a ver a una amiga y me quedé.

EL PODER DE LA BELLEZA

¿Por qué no seguiste tu sueño de ser modelo?

Porque con los realities y los eventos comencé a ganar mucho más de lo que había obtenido haciendo todo los sacrificios que hice como modelo. Trabajaba muchísimo y ganaba poco, porque la agencia se quedaba con una gran comisión y los impuestos me mataban. Eso iba en contra de mis metas: ayudar a mi familia. Ya tengo dos casas en São Paulo, auto y muchas cosas que generalmente las mujeres a mi edad no han logrado. Pero ahora quiero darme una nueva oportunidad en el modelaje, regresar a Nueva York y partir de cero y, en unos años más, quiero estudiar Veterinaria. Para eso estoy construyendo.

¿Cómo se resiste el encierro de un reality?

En mi caso era loco, porque hubo un reality en el que me pagaban todos los lunes. Entonces, cuando decaía el miércoles, me decía: "tengo que aguantar hasta el lunes". Así estuve 5 meses encerrada. La convivencia es incómoda, pero te pagan por eso. Te pagan para aguantar.

"En los realities te pagan por aguantar. Hubo uno en el que me pagaban los lunes. Entonces, cuando decaía el miércoles, me decía: tengo que aguantar hasta el lunes. Así estuve 5 meses encerrada. La convivencia es incómoda, pero te pagan por eso".

¿Qué más quieres tener?

Quiero comprar más terrenos, invertir. Quiero que mis hijos estén asegurados y darles lo que yo no pude tener.

¿Te faltaron muchas cosas?

No es que me faltaran, pero recuerdo, por ejemplo, que cuando iba al colegio había un zapato de moda y yo no lo podía tener, y no entendía por qué mis amigas sí. No entendía por qué sus papás tenían buenos trabajos y ganaban bien y los míos no. Por eso mi objetivo es aprovechar mi belleza y juntar lo que más pueda.

¿Te sientes bella?

Sí.

¿Esa seguridad te hace sentir poderosa?

No sé si poderosa, pero sé que mi cara y mi cuerpo me abren puertas para trabajar. La belleza es mi trabajo. Si fuera un genio de internet, trabajaría con una computadora. Por eso estoy aprovechando ahora que soy joven, porque cuando se vaya la belleza voy a tener mi propio imperio.

Y la actitud, ¿es relevante?

Absolutamente. Si no tienes personalidad, la belleza no sirve de nada. Eres una planta, un adorno. En el modelaje es muy claro: te mandan, eres una esclava, hay que ser sumisa, pero también hay que ser muy inteligente para encajar, transformarte de una foto a otra, resistir la competencia. La televisión es más libre.

¿Qué cuidados de belleza tienes?

Lo básico, como lavarme la cara y exfoliar. Hasta ahora

tengo suerte, pero en cualquier momento me van a salir manchas en la cara porque duermo con maquillaje.

"Si no tienes personalidad, la belleza no sirve de nada. Eres una planta, un adorno".

¿Te da miedo el paso del tiempo y perder tu belleza?

No, porque hay mujeres que si se cuidan se ven siempre bellas, no importa la edad. Sí me dan miedo las enfermedades. El otro día vi la película Por siempre Alice, que habla sobre una mujer que sufre de alzhéimer prematuro. Eso es aterrador: perder todo lo que construiste y que trabajar como loca no haya servido de nada. Perder incluso lo más lindo: tus recuerdos. Eso me aterra. ·

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