Yo quiero ser Presidenta

La senadora Ximena Rincón sacó la voz. Dijo que quiere ser Presidenta de Chile y que le da lo mismo con quièn se mida. Inesperadamente, puso la cara por una generación a la que llama perdida: la de Lagos Weber, Carolina Tohá, Alberto Undurraga y Claudio Orrego. "¿Qué hay que esperar para cambiar Chile? ¿A que te inviten?", se pregunta.




Cuando chica se sentía patita fea. Como que era muy alta, muy rubia, muy flaca. Y le sobraban los brazos, le sobraban las piernas. La típica nerd, pero igual tenía su qué. Como un cisne, gracias a las clases de ballet y flamenco, se movía con gracia, con elegancia. Y, aun enfundada en las horribles ropas de los ochenta (zapatillas y jeans de colores con decorado de hojas tipo cloro), deslumbraba en la DC cuando participaba en las manifestaciones por el regreso de la democracia. Varios pololos son la prueba. Gansa, pero nunca tanto. Siempre bien peinada, erguida. Matea, perfectamente correcta. Hasta ahora. Porque Ximena, que se casó a los 21 años con el diputado Juan Carlos Latorre, 15 años mayor que ella, se separó hace pocos meses tras 3 hijos y más de 20 años de vida en común. Ahora está emparejada con el senador PS Fulvio Rossi y decidida a sacar la voz política.

Tu hija es Secretaria general de la FEUC y tiene 21 años, ¿en qué estabas tú a esa edad?

Casada, esperándola a ella y estudiando. Fue bien esforzado, pero no fue muy distinto a lo que vive la mayoría de las chilenas. Reconozco que en algún minuto estuve a punto de tirar la esponja, pero no lo hice. Se puede.

¿Y le aconsejarías a tu hija casarse a los 21?

No, hoy no. Los tiempos y las prioridades han cambiado. Les aconsejaría a mis hijos que vivan a concho todo lo que puedan. Que viajen y sigan estudiando. Yo quería hacer un posgrado o un magíster fuera de Chile y no lo hice nunca.

21 años atrás no es tanto tiempo. ¿Cuánto has cambiado tú?

Mucho, mucho, mucho. Soy muy distinta a lo que era.

¿Cómo así?

Me peinaba con un pinchecito. Era como muy nerd. Tenía complejo de fea.

¿Qué te pasa cuando miras las fotos de la época?

Tengo pocas. Están eliminadas porque era muy distinta.

En lo personal, ¿también has cambiado?

No pensaba muy distinto a lo que pienso hoy. Siempre he sido… no sé si "progresista" es el término adecuado… pero siempre fui inclusiva, respetuosa…

¿En qué momento dijiste: "Quiero ser Presidenta de Chile"?

Ser Presidente es una aspiración normal y obvia de quienes estamos en política. Solo que lo explicité de una manera distinta a como lo hubiera hecho otro. En vez de decir lo políticamente correcto "que si me lo piden yo estaría disponible", dije "sí, quiero y participaría en una primaria con cualquiera". Y lo dije porque siento que hay una promesa eterna de la gente de mi generación que nunca se cumple.

Define a tu generación perdida.

Es esta generación de recambio que nunca recambia nada, que siempre está ahí y que todo el mundo dice "son la promesa". Alberto Undurraga, Alejandro Ferreiro, Carolina Tohá, Claudio Orrego, Lagos Weber que es el más grande porque debe tener como 50… Y a estas alturas yo me pregunto: ¿somos la promesa de qué? Ya era hora de explicitar las ganas y ocupar los espacios.

¿Y cómo piensas lograrlo?

Con propuestas, con liderazgo, con convicción. Eso es lo más importante: la convicción de que nuestro país cambió, que requiere otra manera de hacer las cosas; la convicción de que en nuestro país la gente no resiste más abusos y tampoco acepta la pasividad de que quienes tienen la posibilidad de hacer algo, no hagan nada. La convicción de que la desigualdad no puede instalarse como algo que no haga reaccionar a quienes estamos en política. La convicción de que discriminación es algo que nos hace mal. Y no estoy hablando solo de las minorías sexuales, que se han instalado con una demanda que tiene que tener respuesta, sino que también la discriminación económica y social. No puede ser que toleremos que a los empaquetadores se les cobre por estar ahí ni que 75% de los trabajadores de nuestro país gane menos de 300 lucas.

Eres parte de la Concertación y eso es un problema, porquelas encuestas muestran que la Concertación está pésimamente evaluada.

Por eso necesitamos liderazgos; creo que es casi un chantaje decirle a Michelle Bachelet: "Mire, si usted no acepta, no tenemos nada". Hay que tener un plan B. Y, además, construir un relato y un sueño en común para entregarle al país. He estado trabajando eso junto al Centro de Estudios para el Desarrollo, que me asesora en mi tarea legislativa. Y tenemos este documento con propuestas (lo muestra).

¿Y cómo te vas a construir como candidata frente a una figura como la de Michelle Bachelet, que está casi por sobre el bien y el mal?

No me construyo en antagonismo ni en referencia a nadie. Michelle Bachelet fue la primera Presidenta de la República, de un carisma y una llegada excepcional, que se construyó ella sola. Tampoco le pidió permiso a nadie y fue casi como un fenómeno de proclamación de las bases.

Esto de autoproclamarse candidata presidencial tendrá costos y beneficios…

Sí. Te transforman en un pushing ball.

¿Y por qué lo haces, entonces?

No lo calculé; no calculo nada en mi vida. Don Gabriel Valdés siempre decía que en política lo más importante es la pasión porque cuando hay pasión, todo lo demás llega.

Harás alguna autocrítica respecto de lo que ha pasado con la Concertación, ¿no?

Creo que a dos años de la derrota de 2009, la Concertación todavía está asumiendo que perdió. Y, aunque se ha hecho oposición, no se ha hecho bien, han faltado propuestas. Cuando nos disciplinamos conseguimos cosas, como con el posnatal: nos articulamos y logramos una mejor ley. Se necesita más generosidad, ceder vocerías.

Y, a propósito, ¿el posnatal de 6 meses benefició o perjudicó a las mujeres?

No es tiempo todavía para hacer la evaluación, pero creo que nos va a beneficiar. El promedio de las licencias posnatales era de 5,6 meses; por lo tanto, no cambia mucho la estructura y da certeza a los empleadores, ya no hay incertidumbre de cuándo va a volver al trabajo y esa es una ganancia. Del punto de vista de la mujer, es importante porque le permite estar con sus hijos.

¿Cuánto tiempo de posnatal te tomaste tú con tus niños?

En todos los casos tuve distintas relaciones laborales, pero cuando pude tomármelo tomé los tres meses y punto. De hecho, traté de no tomarme mis posnatales y en el último de mis hijos, no pude, porque es irrenunciable. Eso es algo que tratamos de modificar en esta ley y no lo conseguimos: que el posnatal sea optativo para las mujeres que ganan más dinero, porque al ser obligatorio las dejas seis meses con menor remuneración, y eso es injusto. Hablo de ejecutivas que pueden hacer su trabajo sentadas en su escritorio o en su casa; es decir, pueden compatibilizar bien maternidad y trabajo. Eso es algo que no se logró.

El gobierno

¿A quién prefieres de contrincante: Golborne, Allamand, Matthei?

No es sustantivo. Da lo mismo. Lo importante es hablar de desigualdad, discriminación y abuso, que son los temas que hoy cruzan el país. ¿Con quién me mido en la derecha? No tengo idea y no sé si son capaces de hacer una primaria para resolver el tema.

¿Cómo ves al gobierno?

Estoy súper preocupada, el último cambio ministerial habla de algo grave: se fueron dos ministros porque no querían estar.

Por eso se fueron, ¿crees tú?

Bulnes y Galilea se fueron porque no querían estar. Eso es grave, no hay convicción de querer gobernar.

¿Por qué dices eso?

Perdón, ¿cuál es la razón para que se vayan? No hay evaluación negativa de Bulnes, no hay ningún problema con él. No quería seguir nomás. Y Galilea: yo estoy en la comisión de agricultura, trabajé el tema con él, y me sorprendió esto de "razones personales, se cumplió una etapa". Los dos ministros que llegaron costó varios días encontrarlos. O sea, ¿cuesta encontrar gente para trabajar en el gobierno cuando el servicio público debiera ser algo que motive y convoque a todos? Eso me preocupa.

¿Cómo ves al Presidente?

Tenemos un Presidente que tiene la más baja evaluación desde que se hace la encuesta CEP. Eso no me pone contenta, por muy oposición que sea. Por cierto, también están mal evaluados el Parlamento, la Iglesia, los canales de televisión. Hay una crisis de las instituciones. Eso no es una buena noticia para un país y el que no quiera darse cuenta de eso, cuidado, porque eso puede significar cualquier cosa.

¿Cómo ha sido para ti ser mujer en política?

Hay mucha descalificación. Cuando algunos se sienten amenazados por una mujer la descalifican de forma poco seria. Y cuando no hay argumentos, ocupan cosas que, la verdad…

¿Cómo que ganó porque es rubia, dices tú?

O porque es bonita…

Las dudas y las culpas

Señora candidata, expláyese sobre el aborto.

No estoy por el aborto libre, pero tengo dudas en caso de una violación.

¿Cuáles dudas?

Tengo dudas de orden moral y religioso. No lo he resuelto.

Tienes una hija…

Lo he pensado: qué haría si le pasara a mi hija. Pero también está la alternativa que gestes al niño y lo des en adopción. Es por eso mi duda. Desde el punto de vista de la gestación, según los expertos, es brutal imponerle esa carga a una menor que ya sufrió con la violación. Pero de ahí viene la pregunta, ¿qué culpa tiene ese niño? Soy sincera: en esto tengo un tema por resolver. Y en el caso de inviabilidad del feto y en caso de riesgo de la madre, ni una duda, estoy por el aborto.

Eres jefa de hogar. ¿Cómo ha sido hacerse cargo de la casa sola?

He debido organizar más los recursos monetarios y el tiempo. Mis niños son muy apegados a mí, a pesar de que la mayor tenga 21. Siempre los he llevado al médico, siempre he ido a las reuniones. Los menores, de 15 y 12, todavía son chicos. Claro, no lo hago perfecto. Es imposible, nadie es perfecto. Qué alivio lo que dices. Las mamás vivimos llenas de culpas. Y yo también, llenísima. Todas las mujeres vivimos y moriremos con culpa pero, al final del día, lo importante es cómo está uno. Esto me hace recordar una conversación que tuve con una amiga hace años. Ella se casó, tuvo 4 hijos a los que se dedicó en cuerpo y alma, y los hijos estudiaron, se casaron y se fueron. El marido se fue con otra y ella se quedó sola. Entonces, me dijo: "No dejes nunca de hacer lo que te gusta porque los hijos siempre van a estar pero también se van a realizar en sus cosas y se van a ir". Y eso, no dejar de hacer las cosas que te gustan, es fundamental… Uno queda agotada, pero bueno…

¿Te divorciaste?

Todavía no, porque hay tiempo para eso. Ahora, es un tema…

Del que no te gusta hablar…

No, porque es un tema íntimo que involucra a más personas y no tiene ninguna importancia para la gente.

¿Crees que a la gente no le importa si estás con Fulvio Rossi, que es senador como tú y milita en otro partido?

No desde el ámbito de las ideas y del pensamiento y del país que queremos construir. Da lo mismo. No voy a hablar del tema. Es mi ámbito privado y lo que yo diga puede afectarles a otros. ¿Por qué a las mujeres se nos mete este tema cuando no es tema? No se nos da el mismo trato que a los hombres y eso me parece muy injusto. A los hombres no se les pregunta por la ropa, por el peinado, por su vida sentimental. Yo pido el mismo trato. Es que, ¿sabes lo que me pasa? Yo no tengo nada que ocultar de mi vida: ni en lo profesional ni en lo privado ni en nada, pero tampoco tengo que contestar preguntas de un tema que es absolutamente personal y privado. No creo que sea bueno farandulizar la política, no le hace bien.

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