Nuevo restorán: Casa esmeralda

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Una cocina ecléctica.




Paula 1214. Sábado 03 de diciembre de 2016.

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Tras refaccionar una enorme casona de 1906 en el Barrio Esmeralda, la apuesta del empresario Fernando Bravo fue ser pionero en la casi nula oferta culinaria del sector, que está concentrada en los cercanos barrios Lastarria y Bellas Artes. Y lo hizo en un íntimo espacio de 55 m², con cielos de 4 m y medio de altura de donde cuelga una enorme lámpara de bronce con vidrios, ambientado con un larguísimo sillón capitoné con mesas, un cuadro del pintor Guillermo Lorca y donde una enorme barra es protagonista. Aunque abrió hace un año para iniciar su marcha blanca durante el almuerzo y hacer los ajustes a su carta, recién a fines de noviembre Casa Esmeralda está dedicada exclusivamente a la cena, en la que ofrece un menú degustación de 5 tiempos (dos entradas, dos fondos y un postre, $ 25.000) y 7 tiempos (dos entradas, tres fondos y dos postres, $ 33.750), que se puede acompañar con vinos por copa ($ 3.500) o con un maridaje ($10.000, 5 copas y $15.000, 7 copas).

Aquí no hay un chef de cabecera; en cambio, existe una cocina comandada por un equipo de tres cocineros, a quienes Bravo ha traspasado su concepto de gastronomía ecléctica. "Una mezcla de cocina de mercado, que funciona solo con los productos estacionales que nos provee la cercanía con el Mercado Central y La Vega; y la cocina de autor, que fusiona técnicas y sabores del mundo, siempre manteniendo un toque patrimonial en nuestros platos", explica su dueño. De esa visión nace el menú actual de primavera (a fines de diciembre cambia al de verano): solo sorpresas de sabores, donde todo lo que se sirve se prepara in situ y es, verdaderamente, inolvidable. Imperdible el appetizer de pan de masa madre con guanaco curado que traen del sur, y que sirven durante la espera.

Esmeralda 716, fono 22633 7518. Martes a sábado de 19 a 24 hrs (última reserva a las 22:30).www.casaesmeralda.cl

Qué probar:

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1. Raviol de gallina: con puré de cebolla, salsa de betarraga, huevo de codorniz pochado sobre nido crocante de papa y helado de cebolla. La gallina tiernísima se funde con la yema y se complementa con el sabor caramelizado del helado de cebolla, que le da frescor.

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2. Asado de tira al pino: con espuma de pastelera de choclo, cebollín asado y tierra de oliva. Es la estrella del menú de 7 tiempos. El asado de tira reposa por 32 horas al vacío y es tan blando que se come con cuchara. Combina perfecto con la ligereza de la espuma. Puro verano.

3. Mousse de peras al vino: en una esfera de caramelo donde, además, hay una oliva garrapiñada. Debajo, hay una base de leche asada, reducción de vino, chupilca y harina tostada. Sabor chileno.

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