La activista del retail

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Alannah Weston, directora creativa de la mega tienda inglesa Selfridge & Co, no solo ha desarrollado una atractiva curatoría fichando marcas como Acne Studios, Balmain e Isabel Marant. Consciente de que sus clientes no se contentan con comprar y demandan contenidos, apunta a la ecología, a la calidad de vida y a la producción sustentable.




Paula 1199. Sábado 7 de mayo de 2016.

"La gente hoy tiene tantas alternativas de panoramas, como eventos deportivos, museos y teatro, y todos son nuestra competencia. Las personas quieren alimento intelectual, cultural y espiritual también. No solo quieren comprar cosas". Así se resume la visión empresarial de la directora creativa de Selfridge & Co, la mejor tienda por departamento del mundo según The Intercontinental Group of Department Stores (IGDS). Para ello, Alannah Weston (44, casada, dos hijas), ha desarrollado diversas y originales estrategias que le han valido el reconocimiento del mundo de la moda, derribando de paso las críticas que originó su nombramiento en 2004 cuando se sumó a la empresa comprada por su padre.

Hija del magnate canadiense del retail Galen Weston y de la ex-modelo irlandesa Hilary Frayne, Alannah pertenece a la segunda familia más rica de Canadá. Estudió Lengua y Literatura Inglesa en Oxford y trabajó como periodista en The Daily Telegraph y en las revistas Tatler y Vogue UK. En Burberry comenzó empacando productos, revisando la limpieza de los baños y llegó a ser jefe de prensa internacional.

En su primera etapa en Selfridge & Co, se ocupó de invitar a artistas trendy a diseñar las vitrinas de tienda. El segundo paso fue refrescar el sentido del servicio al cliente. Así, en 2010, levantó The Shoe Gallery, la superficie más grande que se conozca dedicada al calzado que en 35 mil metros cuadrados reúne cinco mil pares. "Los zapatos son objetos muy emocionales, ya que alteran la forma en que nos paramos, la forma en que caminamos, cambian nuestro lenguaje corporal. Tenemos los zapatos que encajan con cada momento de la mujer", explicó en su momento Alannah a CNN.

El tercer paso fue Project Ocean, el trabajo conjunto de Selfridge y la Sociedad Zoológica de Londres para proteger los océanos. La tienda erradicó todas las bolsas y botellas plásticas y estuvo tras el financiamiento permanente a la Reserva Marina de Filipinas para proteger sus peces y apoyar a la comunidad local.

En 2013, Weston estrenó No Noise con la implementación de una gran sala de compras llamada Silence Room, a cargo del arquitecto Alex Cochrane, donde no se permitían los celulares. Dos años más tarde, apuntando a la tendencia de la androginia, lanzó Agender, un pop-up de indumentaria diseñada indistintamente para hombre o mujer.

Una de sus más recientes acciones fue la implementación, en la plataforma online de Selfridge, de una guía de diez piezas esenciales para este año, así como los diseñadores que están bajo el radar llamados Bright New Things donde se muestran los nuevos nombres de moda sustentable y la inspiradora forma de trabajo de cada uno. "Comprar mejor" es el lema que mueve actualmente a Alannah, y sus clientes rusos, chinos y brasileños la avalan.

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