Infecciones femeninas: ¿Por qué asociamos los hongos vaginales con la falta de higiene?

Infecciones vaginales.



Hasta hace unos días, el Clotrimazol, uno de los tantos medicamentos “base” de la salud femenina, tomó un protagonismo inesperado, luego de las fotos difundidas por Daniela Aránguiz en redes sociales. En ellas, se veía una prenda de ropa interior junto con esta crema antimicótica prescrita para tratar infecciones por hongos vaginales, junto con el siguiente mensaje dirigido a la diputada Maite Orsini: “Deberías ser más cuidadosa con tu higiene”.

Más allá de la polémica, la publicación vinculaba la limpieza con el bienestar de la zona vaginal, el cual, en términos generales, se ve afectado por múltiples factores: desequilibrios en el PH, cambios hormonales, uso de antibióticos, estrés. ¿Cuánto sabemos sobre hongos vaginales? ¿Qué tan asociados están aún, en términos sociales, con la higiene vulvar? ¿Y qué dice este mito sobre nuestro poco conocimiento de la salud femenina?

Las infecciones por hongos son una condición frecuente causada por la levadura candida: un hongo que es parte de la flora normal del cuerpo humano, que se encuentra en la boca, tracto digestivo y genitales; y que, bajo ciertas condiciones, puede crecer en exceso.

Esta proliferación genera síntomas variados que van desde la picazón hasta la inflamación e irritación vaginal, pasando el hecho de tener un flujo denso y grumoso (parecido a la ricotta) y/o molestias al orinar o tener relaciones sexuales.

En términos clínicos, esto se conoce como candidiasis vaginal y es una afección tan común que, datos publicados por la Clinica Mayo, estiman que 3 de cada 4 mujeres se verán afectadas por esta condición en algún momento de la vida. De hecho, su prevalencia es tal, que estas infecciones son uno de los motivos de consulta más frecuentes realizados por las pacientes, según los y las especialistas.

Pero, ¿qué factores propician la aparición de hongos vaginales? Nicole Ausset (@dra.nicole.ausset), ginecóloga de la Clínica Las Condes, explica que pueden haber varios motivos que los desencadenan, como desequilibrios en el pH vaginal, problemas hormonales y/o del sistema inmune, uso de antibióticos, diabetes o estrés. “Además, estamos en una cultura donde se piensa que la vagina tiene que ser un lugar aséptico, es decir, que tiene que estar demasiado limpia. Y en realidad, hay que saber que la vagina tiene su mecanismo de auto lavado, entonces el exceso de ‘aseo’ también es perjudicial, porque los jabones generan cambios en el PH, y eso desregula la flora interna”, indica y agrega que el uso de protectores diarios y de calzones sintéticos también pueden gatillar la proliferación de hongos al retener la humedad.

Por su parte, Daniela Ribbeck (@dani.ginecologa), ginecóloga y parte del directorio de Ginecólogas Chile, explica además que, como la cándida es dependiente de los niveles de estrógeno, estas infecciones se desarrollan especialmente en mujeres de edad fértil, que es cuando estos indicadores están más altos. Además, puntualiza que no es una enfermedad de transmisión sexual, aunque explica que se podrían generar más episodios en las mujeres sexualmente activas, que tienen relaciones con hombres sin preservativo. Eso porque el pH del semen, al ser más básico, puede generar un desequilibrio de la microbiota vaginal.

“El tema es que existe un estigma importante frente a las infecciones vulvovaginales aún cuando no se produzcan por transmisión sexual. Eso nos invita a reflexionar si hacemos el mismo juicio con los hombres y la manera en que viven su sexualidad. Solemos categorizar como promiscuas a las personas que tienen este tipo de hongos aun cuando son muy frecuentes. Eso nos habla de una falta de educación sexual y de la necesidad de romper con los estigmas relacionados a la salud ginecológica”, manifiesta Daniela.

Aunque el tratamiento va a depender de la gravedad y frecuencia de las infecciones, en general, los y las especialistas prescriben antimicóticos, disponibles en formato de cremas, comprimidos o supositorios. Sin embargo, lo más relevante para evitar los hongos vaginales, dicen las doctoras, tiene que ver con la prevención y el cuidado de la salud vulvar. Para eso, algunos de los consejos son lavar la vulva solo con agua, máximo dos veces al día; limpiarse de adelante hacia atrás después de ir al baño; evitar depilación completa del rebaje; usar calzones de algodón; no automedicarse con antibióticos; evitar la ropa interior húmeda después de hacer deporte; no aguantarse la orina; entre otros. “Ahora, si seguimos estos tips e igualmente tenemos síntomas, lo mejor es consultar con especialistas para hacer estudios y, de acuerdo a los resultados, dejar algún tratamiento específico”, concluye Daniela.

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