La dictadura del Billings

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En el Hospital Parroquial de San Bernardo, que sigue la filosofía del Opus Dei, las mujeres sólo reciben instrucciones de usar el método natural para evitar embarazos. Nada de condones ni píldoras.




Jacqueline Áreas tiene 42 años, pero con su pelo corto y sus manos descuidadas de tanto lavar ropa, representa diez más. Sentada en la sala de espera del Hospital Parroquial de San Bernardo, cuenta que hace nueve años, cuando ya tenía cinco hijos, vino al hospital para que le dieran "algo para cuidarse de no tener guaguas".

"La matrona me dijo que la T produce cáncer y las pastillas hacen mal para el estómago, y que lo del calendario era lo mejor. Es algo con los días, no me acuerdo, nunca aprendí a usarlo", se disculpa. Se refiere al Billings, un método natural que se basa en que las mujeres aprenden a reconocer sus días fértiles según la abundancia y el color de su mucosidad vaginal, y se abstienen de tener relaciones sexuales en ese período.

"Yo no quería tener más guaguas y esa cuestión no resulta", dice Jacqueline mientras se frota las manos de frío. Con el Billings, hace ocho años tuvo otro hijo. Trabaja como asesora del hogar en una casa en Gran Avenida y vende cachureos y ropa usada en la feria de Balmaceda para sortear los gastos que implica su gran familia. Su marido, pintor e instalador de alfombras, está cesante.

Después de tener al último niño pidió que la esterilizaran, pero los médicos del hospital parroquial le dijeron que ese procedimiento no se hacía allí. "Me explicaron que iba en contra de las normas de la Iglesia", comenta. Como no la derivaron a otra parte, se fue por su cuenta al Hospital El Pino, que también queda en San Bernardo, donde finalmente la esterilizaron.

A las ocho de la mañana de un jueves de julio, Ximena Mallea, matrona del departamento de Obstetricia y Ginecología del hospital y profesora de la cátedra de Planificación Natural de la Familia de la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes, se prepara un café cargado en su oficina. Ximena es una de las creadoras del método de Planificación Natural Familiar del Hospital Parroquial de San Bernardo, un programa diseñado para enseñarles a las parejas de la comuna a usar el método Billings. Con voz suave explica que el programa existe desde enero de 1996 y que reclutan a las parejas entre las pacientes que consultan a los ginecólogos en el Centro de Salud de la Universidad de los Andes, donde se realiza la atención ambulatoria de los pacientes que acuden al hospital parroquial. También ingresan al programa las mujeres cuyos partos son atendidos en la maternidad del hospital.

"Ahora va a entrar una niñita de 16 años", dice Ximena. Viene a una de las clases que la matrona imparte martes y jueves en la mañana.

Scarlet, la adolescente, pololeaba y tomaba anticonceptivos. Se los habían dado en el consultorio de Calera de Tango, donde vive. Pero tuvo una hemorragia y la derivaron al Centro de Salud de la Universidad de los Andes, un edificio que se levanta junto al hospital. Por indicación del ginecólogo que la atendió, no seguirá usando las pastillas anticonceptivas: el médico la derivó donde Ximena Mallea para que aprenda a usar el método Billings.

La paciente usa pinches de estrellitas y tiene una cartera celeste. Entra tímida y mantiene una sonrisa nerviosa en la sala donde la recibe Ximena con dos alumnos de sexto año de Medicina. Scarlet se sienta y la matrona comenta que a las 200 parejas que participan en el programa les ha ido "de lo más regio" con el Billings. Ximena le entrega a Scarlet una cartola donde la adolescente deberá colorear con verde sus días infértiles y dibujar una guagua en los fértiles.

Reclinada sobre el respaldo de la silla, la chica, única alumna de esta clase, observa sin dejar escapar ni una palabra. Cristián, uno de los estudiantes de Medicina, le asegura que este método no le provocará daño alguno, a diferencia de los métodos artificiales, como las pastillas anticonceptivas. Scarlet asiente. Con un hilo de voz, la niña pregunta:

–¿El método Billings es ciento por ciento seguro?

Ximena Mallea le contesta:

–Linda, no hay ningún método ciento por ciento seguro.

Soga al cuello

En San Bernardo, donde viven 295.000 personas, funcionan el Hospital El Pino (que realiza casi 68.000 consultas anuales) y el Parroquial, que contabiliza más de 47.000 consultas al año. Desde 1990, este último mantiene un convenio para operar como campus clínico con la Universidad de los Andes, institución que destaca en su página web que su misión es "difundir el amor al trabajo bien hecho y el afán de servicio, inspirándose en el espíritu del Opus Dei". Allí, más de 600 alumnos de Medicina, Enfermería, Psicología y Odontología realizan su práctica y trabajan como internos.

"En este hospital no se entregan anticonceptivos de ningún tipo", dice Sergio San Martín, cirujano y oncólogo, director del hospital parroquial. Tampoco entregan condones, no ponen dispositivos intrauterinos ni realizan esterilizaciones. Las pacientes que no quieren tener hijos sólo reciben la oferta de entrar al programa de Planificación Natural de la Familia.

¿Por qué en el hospital ofrecen sólo el método Billings?– Paula le pregunta al director del hospital.

A ninguna paciente se le pone una soga al cuello– contesta el doctor Sergio San Martín.

San Martín afirma que el hospital es una persona jurídica canónica de derecho privado, constituida como una Fundación desde 1975. "Es decir, pertenece a la Iglesia Católica. El hospital tiene una política propia sobre anticoncepción, que se ciñe a lo que la Iglesia ordena".

Carmen Aravena, subdirectora médica del Servicio de Salud Metropolitano Sur, especifica que, aunque el Hospital Parroquial de San Bernardo es un establecimiento privado, mantiene un convenio con el Servicio de Salud para atender pacientes del sistema público, por Fonasa, y que hay normas a las que se debe atener. "En primer lugar, las mujeres deben ser informadas y conocer todo el abanico de alternativas para prevenir un embarazo, para luego decidir libremente qué método usar. Y si piden una prestación que en el hopital no les quieren entregar, deben ser derivadas inmediatamente, sin que los médicos hablen mal de otras prestaciones", explica.

"Si las pacientes del hospital parroquial no están siendo derivadas a otros centros de salud cuando piden anticonceptivos, dispositivos intrauterinos o esterilizaciones, y se les está enseñando sólo el Billings, el hospital no está cumpliendo el convenio", dice.

Los alumnos

Constanza González tiene 24 años. Su pelo está perfectamente peinado con las puntas hacia afuera. Es alumna de cuarto año de Enfermería de la Universidad de los Andes. Tiene un ramo de Planificación Familiar Natural en segundo año, pero dice que durante la carrera les explican sobre los métodos artificiales que se basan principalmente en los anticonceptivos orales y los dispositivos intrauterinos. "Obvio que ponen más hincapié en los métodos de planificación natural familiar", dice.

Carolina Jerez, otra estudiante de cuarto año de Enfermería, explica que la población en general cree que estos métodos no son efectivos, pero que en la universidad les han enseñado todo lo contrario.

Begoña (no quiso dar su apellido) tiene 30 años, egresó hace cinco de Medicina en la misma universidad, es médico general y hoy trabaja en el Hospital Félix Bulnes. Asegura que si un paciente le preguntara sobre la T de cobre, las dosis del método Yuzpe o los anticonceptivos, a ella no le quedaría más que encogerse de hombros. No sabe cómo utilizarlos. "En la universidad tocan los métodos que no son naturales muy por encima. Nunca instalamos un dispositivo intrauterino, como los alumnos de Medicina de la Universidad de Chile. Nos convencían de que la abstinencia sexual o el método Billings eran moralmente lo más adecuado. La idea es que tú entiendas lo que ellos quieren que entiendas. Si no, te enfrascabas en discusiones en las que los profesores subían el tono".

Sin condón

"Todas las chilenas tienen derecho a evitar los embarazos no deseados mediante el uso de métodos anticonceptivos eficaces", dice el ginecólogo Guillermo Galán, director de la Asociación para la Protección de la Familia, que desde 1965 defiende los derechos sexuales y reproductivos en Chile. "Y con el método Billings hay un mayor peligro de embarazo no deseado en comparación con otros métodos anticonceptivos. Las tasas más bajas observadas son de 3 embarazos por cada 100 mujeres en el primer año de uso. Esas cifras corresponden a las parejas que usaron bien el método. Pero en la práctica, si se analiza al universo completo, los embarazos no deseados llegan a 25 por cada 100 mujeres en el primer año de uso de Billings, debido a que las parejas no supieron usarlo o no mantuvieron la abstinencia durante los días requeridos", dice.

"Como este método depende del compromiso de ambos miembros de la pareja, puede haber dificultades en la negociación de la abstinencia", agrega Galán. Además, el Billings no protege de infecciones de transmisión sexual, como VIH, clamidia, herpes, virus papiloma (precursor del cáncer cérvico uterino), gonorrea y sífilis. "Siempre debe considerarse la necesidad de un doble método o doble protección, incluso con el Billings, que implica el uso correcto y consistente del condón masculino de látex, único método anticonceptivo que protege en forma efectiva de las infecciones de transmisión sexual", explica el especialista.

En la clase de Billings no le dijeron a Scarlet, la chica de 16 años, que usara condón para protegerse de infecciones.

–¿Las parejas que usan el método Billings, sin condón, deberían someterse antes a exámenes para detectar enfermedades de transmisión sexual?Paula le pregunta a Carmen Aravena, del Servicio de Salud Metropolitano Sur.

–Sí, tienen que hacerlo– responde.

Le preguntamos a Ximena Mallea si toman esta precaución para evitar contagios entre las parejas que usan Billings, sin preservativo.

–No. No se hacen los tests al inicio del tratamiento– contesta.

A Scarlet no se los hicieron.

Los regalos de Dios

Una mujer llora con los codos apoyados en el escritorio de Ximena Mallea. "La señora es parte del programa de Billings y sospechaba un embarazo. Acá, junto a nosotros, se hizo un test y confirmó que está esperando un hijo", dice Mallea minutos más tarde, cuando la paciente se ha ido. "El embarazo es una posibilidad, pero sólo en el caso de que no se cumplan las indicaciones. Les decimos a las mujeres que no tengan relaciones durante los días fértiles, pero si las tienen, obviamente la posibilidad de embarazo es alta. Nuestra filosofía es que la vida es un regalo de Dios".

¿Qué pasó con la paciente que lloraba porque esperaba un hijo?

Tenemos que evaluar por qué fallamos, aunque no nos gusta usar ese término. Estaba embarazada, lloró, claro, las personas siempre tienen planes, pero es una mujer joven que sólo tenía dos hijos.

El doctor José Antonio Arraztoa, ginecólogo obstetra de la Universidad de los Andes que atiende pacientes en el Hospital Parroquial de San Bernardo, también participa en el Programa de Planificación Natural de la Familia. "Invitamos a las parejas a un proceso que hemos llamado 'educación para el amor'. Las parejas que usan el método Billings son más felices, porque se respetan más", asegura el doctor. Según él, el Billings es más sano desde el punto de vista biológico. "A la mujer no le hace daño, como otros medios artificiales", dice.

El doctor René Castro, ginecólogo y jefe del Programa de Salud de la Mujer del Ministerio de Salud, desmiente estas aseveraciones. "Las pastillas anticonceptivas que existen hoy en el mercado están compuestas de dosis muy bajas, imposibles de asociar a enfermedades como el cáncer. Yo llamaría a los médicos que afirman lo contrario a ser más rigurosos académica y científicamente", dice.

Scarlet lleva tres semanas cuidándose con el Billings. No le dieron información sobre otros métodos para prevenir embarazos. "En realidad, no entiendo nada del Billings. Se me olvida anotar en la cartola y se me confunden los días fértiles entre las pruebas y todo lo que tengo que hacer para el colegio", dice. "Voy a seguir con este método por ahora, que ya no tengo pololo, para que la matrona del hospital no se enoje conmigo. Pero si tengo relaciones de nuevo voy a ir al Hospital El Pino para que me den pastillas", explica. Su prima de 18 años quedó embarazada usando Billings y ella no quiere que le pase lo mismo.

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