¿Qué esperas para hacerte el Pap?

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El cáncer cervicouterino es de los pocos que puede detectarse antes de que se presente como tal, gracias a la prueba del Papanicolaou (Pap), que está incluida en el plan Auge. Detectado en la fase inicial y tratado a tiempo, su curación es de 100%. Sin embargo, más de 600 chilenas murieron en el último año por esta causa. Aquí, todo lo que tienes que saber. Hazte el Pap.




El cáncer cervicouterino

no es solo asunto de mujeres

En esta imagen falta una mujer. Es Paola Torres, la esposa de Jorge Catalán (33) y madre de Jorge (14), Martín (8) y Lukas (7). Paola falleció hace un mes y medio, a los 33 años, víctima de un cáncer que comenzó en el cuello del útero y se ramificó a los pulmones, cadera y columna. Dice Jorge: "Ella no tenía la costumbre de ir al doctor. En los 16 años que estuvimos juntos, se hizo un solo Pap. Mi mujer vivía para su familia, para sus hijos. Siempre pendiente de cada uno de nosotros, pero se dejó estar en términos médicos. Pensó que por su juventud no le iba a pasar nada". Cuando Paola consultó, ya no era mucho lo que se podía hacer y las sesiones de quimio y radioterapia no surtieron el efecto deseado. Su familia no se acostumbra a su ausencia. La extrañan demasiado. Y es por ese dolor que sienten, que no les desean a otras familias pasar por lo mismo. Porque la muerte de Paola pudo haberse evitado.

Examen a tiempo

Hace 20 años, al poco tiempo de haberse casado, Marcela Toro (41) se hizo su primer Pap. Salió alterado. Tenía presencia de células anormales de alto grado (NIE 2) en el cuello del útero, uno de los estados iniciales del cáncer cervicouterino. Tuvo miedo. Pensó que no podría convertirse en madre. Eso era lo que más quería. Sin dejar pasar un día, consultó a un ginecólogo oncólogo. Primero le practicaron una biopsia y, apenas tuvo los resultados, el doctor la sometió a tres sesiones consecutivas de crioterapia para eliminar el tejido afectado. El tratamiento se llevó a cabo en su consulta. No hubo necesidad de poner anestesia. Fue un procedimiento rápido y seguro. No sintió dolor, solo gran alivio de haber actuado a tiempo. Hoy, Marcela es mamá de Aline (17) y Colomba (4). Nunca tuvo problema alguno para quedar embarazada y las células anormales no han vuelto a aparecer. "Ese primer Pap me salvó la vida", dice. Desde entonces, se controla rigurosamente. Jamás deja pasar una hora con su doctor.

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Lo que debes saber

¿Qué es el Papanicolaou y por qué es tan importante hacérselo anualmente a partir del inicio de la vida sexual?

Este examen consiste en la toma de muestras de células descamadas del cuello del útero. Es fundamental porque detecta las etapas preinvasoras del cáncer cervicouterino, lo que permite un tratamiento que detiene la enfermedad antes de que evolucione.

¿El pap es un examen 100% exacto?

No. Existe alrededor de 20% de falsos negativos, esto es que se obtiene un resultado que no corresponde. Por eso, se suple la imperfección con la frecuencia. Al indicarlo anual, es muy improbable que salga dos años consecutivos falso negativo.

¿Cuándo comenzar y cuándo parar?

Un año después que se tiene la primera relación sexual se debe de hacer el primer Pap y no hay límite de edad para dejar de hacerlo. En general, se dice que hasta los 64 años, pero esto es más que nada por un tema de salud pública y presupuesto. Sin embargo, este examen debiera hacerse hasta el último momento de la vida de una mujer.

¿El pap está incluido en el plan auge?

El programa nacional de cáncer de cuello incluye la toma de un Papanicolaou cada 3 años a las mujeres de entre 25 a 64 años con énfasis en las mayores de 35 que nunca se han realizado uno. Desde el año 2003 las lesiones precancerosas así como también el cáncer cervicouterino y su tratamiento, está incluido en el plan Auge. Según cifras entregadas por el Minsal, actualmente existe una respuesta de 64.3% de mujeres que han seguido el programa del gobierno. Sin embargo, lo ideal para reducir aún más las cifras de mortalidad por este tipo de cáncer, sería de 80% o más.

¿Si un pap me sale positivo significa que tengo cáncer?

No. Cuando un Pap sale positivo es señal de que hay lesiones pre- cancerígenas que, de no tratarse, algunas pueden evolucionar a un cáncer. La presencia de lesiones premalignas o displasia de bajo riesgo (NIE I) o de alto riesgo (NIE II y NIE III), no significa la presencia de un cáncer invasor.

¿Qué hago si un Pap me sale alterado?

Lo primero es consultar inmediatamente la opinión de un ginecólogo oncólogo. Este practicará en su misma consulta un examen llamado colposcopia. Para esto se ocupa un instrumento llamado colposcopio que permite observar el cuello del útero con gran aumento y detectar hasta el más mínimo detalle tisular. En caso de ser necesario, el profesional tomará muestras de los tejidos anormales para ser enviados a biopsia. El examen es rápido, no se utiliza anestesia y la paciente puede irse a su casa después de realizado.

Si la biopsia señala la presencia de una lesión ¿qué tratamiento se sigue?

Cuando estamos frente a un NIE I generalmente no se hace nada. Sólo mantener a la paciente en observación cada tres o seis meses para cerciorarse de que la lesión no prospere a un grado mayor.

Lo más probable es que, con el tiempo, desaparezca por sí sola.

Cuando se trata de un NIE II y un NIE III la conización cervical es el tratamiento más utilizado. Esta se realiza en pabellón con anestesia general y es un procedimiento que no dura más de veinte minutos. Puede ser fría, con bisturí. O eléctrica, con un electrobisturí. A esta última se le conoce como Cono LEEP. Las dos son similares y ninguna es mejor que la otra. En ambas se extirpa el tejido dañado y el adyacente el cual es enviado a biopsia, por lo que el cono sirve de tratamiento y también de diagnóstico. Al día siguiente de realizada la cirugía, la paciente vuelve a su casa si es que no tiene complicaciones. Durante unos días presentará sangrado, lo cual es totalmente normal.

La crioterapia es otro tratamiento utilizado en caso de Pap positivo con lesiones de alto riesgo. Esta se realiza en la misma consulta del doctor y consiste en quemar con nitrógeno líquido los tejidos dañados. Es un procedimiento rápido y ambulatorio. Generalmente basta una sola sesión para eliminar las células atípicas.

¿Las lesiones en el cuello del útero van a afectar mi fertilidad?

No. Cuando son encontradas a tiempo y el tratamiento no implica una histerectomía, la fertilidad de la mujer no se ve afectada con un Pap positivo.

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¿Y si ya tengo un cáncer invasor?

El tratamiento a seguir es la histerectomía total –se extirpa el útero y el cuello– apoyada con radioterapia y/o quimioterapia.

¿Me puedo hacer un Pap si estoy embarazada?

Sí. Una mujer embarazada puede realizarse un Pap sin ningún problema.

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¿Cuál es la causa principal del cáncer al cuello del útero?

El principal factor de riesgo para desarrollar este cáncer es el ser portadora del Virus del Papiloma Humano (VPH). Existen más de100 subtipos de VPH. Algunos son benignos y otros, los que generan cáncer, son malignos. Los primeros pueden desarrollar verrugas y tumores benignos.

¿Cómo se transmite el VPH?

El VPH se transmite por vía sexual. Sin embargo, no es necesario

que exista penetración para que surja el contagio. Basta el roce genital para que así sea.

¿El preservativo evita el contagio con el VPH?

No. El condón no es 100% efectivo para proteger del contagio. Esto, debido a que hay áreas del pene que no quedan cubiertas. Estas áreas pueden transmitir el virus. La única manera de evitar el contagio es practicar la abstinencia y procurar tener pocas parejas sexuales.

¿Puedo ser portadora del VPH y no saberlo?

Sí. Estudios realizados a nivel mundial, han descubierto que existe 50% (en algunas poblaciones hasta 65%) de mujeres sanas que nunca han presentado lesiones en el cuello del útero, pero son portadoras del VPH. En la mayoría de los casos, el virus, a través de la acción del sistema inmunológico, desaparece solo.

¿Existe alguna vacuna contra el VPH?

Para prevenir el fácil contagio de los subtipos más agresivos del VPH –16, 18, 33 y 35– existen hoy en día dos tipos de vacunas: Gardasil y Cervarix. Lo ideal es vacunar a las niñas a partir de los nueve años de edad debido a que la vacuna está indicada para mujeres que no hayan iniciado aún su vida sexual.

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¿Si ya me inicié sexualmente puedo vacunarme?

Sí, se puede, pero la vacuna no va a surtir el mismo efecto.

¿Pueden vacunarse los hombres?

Al ser los hombres los que transmiten este virus, ellos también pueden vacunarse.

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¿La vacuna es gratis?

No. Ambas vacunas se aplican en tres dosis y no están incluidas en el sistema de salud pública. Cada dosis cuesta entre 60 mil y 100 mil pesos.

¿Una mujer que nunca ha tenido relaciones sexuales debe hacerse un pap?

Si la mujer no ha tenido relaciones sexuales pero ha estado expuesta a contacto genital sin llegar a la penetración, sí, debe realizarse un Pap. En caso contrario, no es necesario.

¿Existe un grupo de riesgo que esté más propenso a adquirir la enfermedad?

Sí. Dentro de este grupo están las mujeres inmunodeprimidas. Por ejemplo, las que han sido trasplantadas, las que tienen el virus del sida, leucemia, lupus y las mujeres que toman medicamentos tales como corticoides y artríticos. Las mujeres que fuman y las que tienen tendencia a la depresión. Se cree que habría ciertas predisposiciones genéticas para presentar la enfermedad pero aún no se ha descubierto si hay alguna mutación específica que hace más

susceptible a algunas mujeres.

El cáncer en cifras

En Chile y en el mundo, las mujeres jóvenes que ya han iniciado su vida sexual son las más afectadas por un Pap positivo. El promedio de edad para un NIE I es entre 25 y 28 años. En el caso de un NIE II y NIE III, entre 31 y 33 años. Arriba de los 50 años es cuando mayor porcentaje de cáncer invasor se presenta. La mortalidad en Chile por este cáncer, gira alrededor de 8%. Este número refleja una disminución significativa desde la década de los 90 que fluctuaba entre 14 y 15%, esto debido a las campañas de prevención que se han realizado a nivel del Ministerio de Salud.

* Para este reportaje fueron entrevistados los siguientes especialistas: doctor Simón Bühler, ginecólogo oncólogo de la Clínica Alemana; doctor Fernando Heredia, ginecólogo oncólogo y profesor de la Universidad de Concepción; y doctor Roberto Yazigi, ginecólogo oncólogo de la Clínica Las Condes.

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