Anticonceptivos: la guía

La T de cobre, el anillo vaginal, los condones femeninos, las píldoras de tercera generación.




La T de cobre, el anillo vaginal, los condones femeninos, las píldoras de tercera generación.

Anticonceptivos hormonales

Los anticonceptivos con hormonas vienen en distintas presentaciones: píldoras de consumo oral, anillos vaginales, inyectables, parches transdérmicos, implantes subcutáneos y dispositivos intrauterinos con liberación hormonal.

Pastillas con dos hormonas

Hay más de 200 marcas que presentan distintas combinaciones y dosis. Lo básico que hay que saber es lo siguiente: las de levonorgestrel (progestágeno) y etinilestradiol (estrógeno), llamadas de segunda generación –el clásico anovulatorio de Formulario Nacional que cuesta $1.600–, son recomendadas por el Ministerio de Salud para comenzar con el método, pues presentan menos riesgo de producir trombosis. También existen progestágenos de tercera generación, como el gestodeno y la drospirenona, que se equilibran con más bajas dosis de estrógeno y reducen los efectos secundarios. En ambos casos existen dos presentaciones básicas: una en la que se toman pastillas 21 días y luego se descansan siete, y así sucesivamente; y otras que vienen con 28 pastillas, incluyendo 7 que son sólo placebos y que cumplen la función de mantener el hábito de ingesta.

Eficacia: 99,5% si se toma bien, pero el riesgo de embarazo aumenta a 5% por el olvido. Si se olvida tomarla, especialmente del séptimo día en adelante, los especialistas recomiendan usar preservativo. La ingesta de otros medicamentos, como antibióticos, tranquilizantes o antidepresivos, puede alterar la absorción de la píldora. Es importante consultar con el médico. Es un mito que hay que "descansar" de la píldora. Basta con la suspensión mensual de siete días.

Pastillas de progestágeno solo

Fueron creadas para mujeres que amamantan, pero se indican actualmente para todo tipo de mujeres. Son las más inocuas por su dosis baja, pero por eso mismo es fundamental tomarlas cada día a la misma hora; de perder un turno hay que asegurarse con condón. Afectan el espesor del moco cervical, pero en el 60% de las mujeres tiene también un efecto anovulatorio. Produce, en muchos casos, sangrado irregular en vez de menstruaciones.

Inyecciones

Contienen dosis bajas de las dos hormonas (estrógeno y progestágeno) que actúan directamente en la sangre. Hay que ponerse una ampolla una vez al mes y su eficacia llega al 99,5%. $4.000 cada ampolla.

Anillo vaginal

Es una circunferencia de plástico que mide 5,4 cm de diámetro y 4 mm de espesor. Se instala en la vagina a la manera de un tampón. Se queda dentro por 21 días, luego se extrae y se bota, se descansa siete días, y luego se pone uno nuevo. Incluso es posible no descansar y evitar la menstruación. Sus dosis de hormonas son muy bajas: libera sólo 15 microgramos de estrógeno, comparados con los 20 de los anticonceptivos orales. Tiene una efectividad de 99%, no genera molestias gástricas ni compite con otros remedios. Tampoco hay problemas de roce o que se salga durante la relación sexual: es flexible y se acomoda sin dificultad. Cuesta $8.700.

Parches

Miden 5 x 4 cm, se ponen una vez a la semana –en la zona de espalda, el abdomen o los glúteos– durante tres semanas seguidas, y la última del ciclo se descansa. Libera las hormonas más precisas y homogéneamente, pero pueden provocar alergias y picazón. En opinión de algunos especialistas, liberan demasiado estrógeno, lo que no serían recomendables para mujeres en riesgo. $10.700.

T con levonorgestrel

Su eficacia anticonceptiva se estima en 99,9%. Opera alterando el moco cervical y desfavoreciendo la ovulación. El dispositivo debe ser colocado en el útero por un médico. No produce menstruación sino sangrado irregular o nada. Dura 5 años y se puede sacar en cualquier momento. Pueden usarlo mujeres que han tenido hijos y también las que no, con evaluación de su médico. $170.000, sin contar la instalación ambulatoria.

Implante transdérmico

El hit del momento. Los llamados "pellets" son muy usados entre mujeres jóvenes que no quieren más menstruación y obtienen 99,9% de seguridad. Son palitos de polímeros, del porte de un fósforo que se ponen debajo de la piel, en la zona baja del brazo (no molestan pero se sienten), y liberan bajísimas dosis de progestágeno todo el tiempo. El implante dura siete años si es del tipo de seis barritas (levonorgestrel, $46.000) y tres años si sólo tiene una. (Etonogestrel, $137.000).

Píldora de emergencia

La controvertida píldora del día después es un concentrado de hormonas que debe tomarse lo antes posible, a más tardar 120 horas después de la relación sexual desprotegida. Inhibe la ovulación. Por eso, si ya se había ovulado puede no servir (hay que considerar que los espermios viven 5 días dentro del útero). Se puede tomar una o dos dosis que, en total, sumen 1.500 mcg de levonorgestrel (en farmacias con receta médica). También tiene el mismo efecto tomar 25 pastillas de un anticonceptivo oral de levonorgestrel en minidosis. Si se vomita después de tomar la píldora de emergencia hay que repetir la dosis. El malestar no es improbable: dolor de cabeza, sangrado, hipersensibilidad.

Al aumentar la dosis de las hormonas femeninas naturales, progestágeno (progesterona) y estrógeno, se comunica a la hipófisis, en el cerebro, que no hay que ovular. El progestágeno, además, limita la producción de mucosa en el cuello del útero, por donde llegan los espermatozoides en su camino a la fecundación, impidiéndoles, adicionalmente, que lleguen a puerto. Hay píldoras con ambas hormonas y otras sólo con progestágeno. Su eficacia es similar.

- Efectos adversos

En los primeros meses es probable que se produzca náusea, asco, sangrado irregular, se inflen las pechugas, duela la cabeza. Dadas estas molestias, cada vez hay dosis más bajas. No está probado que la alteración de la mucosidad que producen las hormonas afecte la apetencia sexual, aunque muchas mujeres se quejan de eso. Según varios estudios, la tranquilidad de no tener riesgo de embarazo estimula la realización sexual.

- Beneficios

Confiabilidad cercana la 99% como método anticonceptivo si se usa adecuadamente. Además, hay beneficios asociados: 70% menos riesgo de cáncer al endometrio y al ovario, además de menos probabilidades de sufrir anemia, dolores menstruales, infertilidad, enfermedades benignas de la mama, osteoporosis, acné y síndrome premenstrual. Para las mujeres de más de 45 años que están al borde de la menopausia, un anticonceptivo hormonal en dosis bajas puede ayudarlas a sufrir menos los malestares propios del climaterio (bochornos, irritabilidad, sequedad vaginal, etc).

- Riesgos

Los anticonceptivos hormonales, cualquiera sea su presentación, están contraindicados en mujeres mayores de 35 años, que fumen más de 15 cigarrillos al día, porque aumenta su riesgo de trombosis venosa y de enfermedad cardiovascular. También, por lo mismo, para mujeres de cualquier edad que tengan presión alta, coágulos en venas o pulmones, o padezcan obesidad mórbida, enfermedades al corazón o el hígado, diabetes complicadas y migrañas graves. Tampoco pueden usar este métodos quienes hayan padecido cáncer de mama y debe evaluarse cuidadosamente en quienes tengan riesgos hereditario de todas estas patologías. El riesgo normal de desarrollar una trombosis es de 4 mujeres por cada mil; tomando pastillas sube a 30 de cada mil. Por eso la precaución.

Métodos sin hormonas

Para las mujeres que prefieren no tomar hormonas también existen varias alternativas. No hay que olvidar que sólo los preservativos protegen del contagio de enfermedades de transmisión sexual; bien usados, proporcionan una protección efectiva en el 96% de los casos.

T de cobre

Es un dispositivo que un médico instala dentro del útero y tiene una efectividad anticonceptiva de 99,4%. Al liberarse, los químicos del cobre modifican el moco cervical y generan un ambiente desfavorable para los espermios. Es el método más usado en el mundo (el 70% de las chinas) y muy económico (entre $8.000 y $13.500). En algunos casos puede producir sangrados excesivos. No se recomienda para mujeres que suelen tener infecciones, porque pueden agravarse. Dura diez años y se saca cuando se quiera. Hay que controlar una vez al año que se mantenga en posición.

Condón masculino

Bien colocado y retirado tiene una efectividad anticonceptiva del 98%. Hay que considerar también que protege contra todas las enfermedades de transmisión sexual (tanto por vía vaginal, oral o anal; en teoría el sexo oral debiera ser con condón), desde el sida hasta papiloma virus, que causa del cáncer cervicouterino. Por eso es el método más recomendado para las mujeres que no tienen pareja única. Hay que ponerlo al principio de la relación y usar uno nuevo cada vez; es importante sacar pronto el pene de la vagina una vez que eyaculó, porque cuando el miembro se relaja el semen puede rebasar los bordes del preservativo.

Condón femenino

Tiene una efectividad del 95%. Es un forro de látex que se introduce en la vagina dejando sus bordes en la vulva. Hay que ponerlo con paciencia y cuidado antes de la relación sexual y retirarlo inmediatamente después. Para varios especialistas, éste podría ser el futuro de los anticonceptivos femeninos. En África, donde el problema del embarazo y el sida es gravísimo, a las mujeres les vino muy bien decidir ellas y estar preparadas. $2.100, en farmacias.

Diafragma

Su efectividad, bien usado, es de 94%. Es una circunferencia de látex con espermicida que se introduce por la vagina hasta el cuello del útero (con ayuda de un aplicador) donde funciona como método de barrera. Puede ser introducido varias horas antes de la relación sexual pero se debe esperar al menos seis horas después del coito para sacarlo y lavarlo. Su tamaño se receta a la medida de cada mujer, lo que debe ser determinado por el ginecólogo. Algunas mujeres pueden tener alergia al látex, sentir irritación, dolor y hay más frecuencia de infecciones. $16.500.

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