Arte televisivo

Millones de imágenes compiten a cada segundo por ganarse un lugar en el disco duro de la memoria. El arte, claro está, ha sido desplazado por el bombardeo visual que viene de las pantallas, de la tele, de los celulares, de internet. Esta realidad es la que explora la muestra Colección televisiva, que hasta el 7 de octubre se despliega en pantallas a todo color en el Centro Cultural Matucana 100.




Sábado 29 de octubre. Paula 1105.

Millones de imágenes compiten a cada segundo por ganarse un lugar en el disco duro de la memoria. El arte, claro está, ha sido desplazado por el bombardeo visual que viene de las pantallas, de la tele, de los celulares, de internet. Esta realidad es la que explora la muestra Colección televisiva, que hasta el 7 de octubre se despliega en pantallas a todo color en el Centro Cultural Matucana 100. 

Más de dos mil personas, la mayoría habitantes de las zonas cercanas a Matucana 100 y alumnos de Enseñanza Media de colegios públicos,  enviaron a este centro cultural un video que consideraban fundamental en su biografía visual: desde series de televisión, videoclips, noticieros, dibujos animados, grabaciones científicas, extractos de cine, hasta registros amateurs. Las escenas fueron editadas por los curadores de Matucana 100 y ordenadas en 11 pantallas que transmiten videos simultáneamente, generando una gran pantalla múltiple de 15 por 6 metros. Como un cerebro gigante, se despliega ante el espectador el imaginario compartido de Chile. Hay escenas de la revolución estudiantil, extractos de cirugías estéticas, videos caseros que registraron el terremoto del 27/F. El Chavo del 8, Sábados gigantes, Camila Vallejo, Fantasilandia: todo hace parte de este atiborrado puzzle visual incorporado a la memoria colectiva. Ya el año pasado, cuando el historiador del arte Gonzalo Pedraza asumió la curatoría del espacio, hizo una exhibición en la que personas comunes y corrientes entregaron imágenes fijas significativas para ellos y las editaron para ser exhibidas allí como una suma ordenada de imágenes. Lo que a Pedraza le interesa es instalar la importancia de una cultura visual que pertenece al imaginario colectivo y personal y que puede ser tanto o más potente que las obras que se producen al interior del sistema del arte. "Lo interesante es que aquí no hay una persona que sea el que informa sobre el arte, sino que todas las personas saben lo que están viendo, tienen un juicio estético y una autoridad sobre su imaginario visual. El proyecto pone al público común a la misma altura que a un crítico. De hecho, mucha gente que ve la exhibición, dice 'me siento empoderado'", comenta Pedraza. Llama la atención que un historiador del arte, que le interesa la pintura clásica, haga muestras como estas… Me encanta la historia académica, pero así como puedo meterme profundamente en al arte clásico, también me interesa cuestionarlo. Y este cuestionamiento de la historia oficial surge desde los años 70, cuando empezó un cuestionamiento sobre qué otros agentes de la historia no han sido considerados, dónde hay otras historias que nadie ha contado. ¿Qué te ha llamado la atención de la percepción del público? Los más jóvenes hacen muchos más vínculos entre las distintas pantallas, relacionan más las imágenes porque están acostumbrados a convivir con múltiples estímulos visuales. En cambio, las generaciones más adultas, observan cada pantalla por separado.

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