Cecil Beaton: sus años en Nueva York

Esa inconfundible sensación de envidia frívola e impropia es la que recorre el cuerpo al observar las fotografías de Cecil Beaton (1904-1980) que se exponen actualmente en Nueva York. Sentimiento que suele ser la antesala de lo que invade antes de declarar, casi a regañadientes, qué ganas de haber estado ahí, haber vivido en esa ciudad y en ese tiempo.




Paula 1087. Sábado 21 de enero de 2012.

Las fotografías de Beaton, y en especial las que corresponden a sus años en Nueva York, producen ese escalofrío interno y podrán ser vistas en el Museo de la Ciudad de Nueva York hasta finales de febrero. Aquella larga y prolífica temporada de la cual resultaron, además de los más codiciados retratos fotográficos de los talentos míticos y bellezas de la época, las puestas en escena, decorados y vestuarios de teatro, ballet y cine que marcaron la tendencia y definieron una estética en su tiempo. Era la década de los 30 y el joven inglés arremetía en Nueva York, ciudad que nunca abandonaría por completo. Vivió entre Londres, Manhattan y largos viajes por el mundo. Fue parte del staff de fotógrafos de las revistas Vanity Fair y Vogue, de la editorial Condé Nast, así como de su competencia histórica, Harper's Bazaar. Sus años en Manhattan los vivió lujosamente, instalado en diferentes suites de los mejores hoteles, en donde con un adelantado sentido del marketing lograba incomparables arreglos a cambio de las repercusiones de su estadía y los ecos en la prensa generados por su estiloso toque en la decoración de las mismas. Los retratos de Cecil Beaton de quien fuera la gran mujer-mito del siglo XX, Greta Garbo, tomados en su suite del hotel Plaza en 1946, son uno de los puntos más altos de la exposición. Beaton tuvo una intensa amistad con Garbo que en momentos devino en relación intima. Quiso casarse con ella, pero la diva de corazón esquivo nunca cedió a sus peticiones. Las fotografías de la mujer más elegante del mundo (según se decía en su momento), Mona Williams, más tarde conocida como Mona von Bismarck, también resplandecen en la muestra, junto a María Callas y un joven y atractivo Marlon Brando. Menos conocida para el público, su faceta de diseñador de ambientes y vestuario (también expuestos en la muestra) le valieron tres premios Oscar (uno por Gigi y dos por My fair lady) y un Tony. La ópera, las caricaturas, los libros ilustrados, las piezas de hoteles, las fotografías de moda, los retratos, sus decorados para el ballet, todo lo tocado por el genio de Beaton marcó una era y ayudó a definir, al igual que lo hizo Warhol en su tiempo, la cultura popular de su era. Su fascinación por retratar personas de la alta sociedad, la realeza británica y celebridades de Hollywood le valieron severas críticas que intentaron en momentos eclipsar su talento. Él mismo declararía a Newsweek que "solo fotografío aquellos que conozco y admiro".

El libro que complementa la exposición puede comprarse en www.amazon.com por US$ 40. Cecil Beaton: The New York years, by Donald Albrecht and The Museum Of The City Of NY, Skira Rizzoli.

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