La diseñadora colombiana que suena fuerte

La diseñadora Amelia Toro, quien en junio pasado abrió su primera boutique en Chile, prepara por estos días la colección otoño-invierno 2015, que mostrará en una de las plataformas de la Semana de la Moda en París. Aquí, habla sobre el ADN de su marca.




Paula 1167. Sábado 14 de febrero de 2015.

La diseñadora Amelia Toro, quien en junio pasado abrió su primera boutique en Chile, prepara por estos días la colección otoño-invierno 2015, que mostrará en una de las plataformas de la Semana de la Moda en París. Aquí, habla sobre el ADN de su marca.

Bajo ropa femenina ready to wear, confeccionada en Colombia con selectas telas suizas, la diseñadora de vestuario graduada en Rhode Island School of Design, Amelia Toro, ya ha lanzado más de 40 colecciones, cuenta con tres boutiques que llevan su nombre (Bogotá, Nueva York y Santiago) y 23 corners en importantes firmas de ropa de lujo en ocho países, entre ellos Estados Unidos, Suiza y Japón. En esa área, su alianza más significativa se realizó en 2012 cuando se incorporó a Barney's y Maxfields en EE.UU. "Hoy, actrices como Rosario Dawson y Katie Holmes visten mis diseños", cuenta Toro, vía telefónica desde su centro operativo en Manhattan. En noviembre pasado anotó un nuevo hito en su carrera cuando conformó el team de diseñadores del show navideño de Barney's, que se realizó en el Times Square, dirigido por el cineasta Baz Luhrmann (2013, El Gran Gatsby) y su esposa, la diseñadora Catherine Martin.

Vestidos, blusas, polleras y pantalones de algodón, lycra, viscosa y seda, forman la colección de verano de Amelia Toro.

Antes de lanzar en Bogotá su marca homónima, en 1989, Amelia Toro trabajó como asistente en los talleres de dos grandes italianos: Gianfranco Ferré y Pino Lancetti. Del primero, dice, tomó la elegancia y del segundo aprendió sobre los cortes en movimiento. Pero no fue hasta 1985, cuando trabajó supervisando a un grupo de costureras de una fábrica de jeans en Sri Lanka, que tuvo claridad respecto de cuál sería su sello como diseñadora: "no me gustó el trabajo en serie, en el que una costurera hace las mangas y otra encuella. Decidí entonces que cada una de mis prendas sería confeccionada totalmente por una sola persona. Actualmente en mis talleres de Bogotá hay 60 costureros que trabajan de esa manera y en la etiqueta de cada prenda va bordado el nombre de quien la realizó", afirma.

¿Qué significa para ti la moda?

Es una forma de expresarme a través de prendas que perduren en el tiempo. Mis diseños están hechos para no ser desechados la temporada siguiente, es por eso que trabajo con un concepto que llamo classic with a twist (clásico con un toque de vanguardia).

¿Quiénes son tus referentes a la hora de diseñar?

No me guío por ningún diseñador, sí encuentro la inspiración en la danza, debido a que cuando niña fui bailarina de flamenco y ballet, por lo que me gusta que mis prendas tengan mucho movimiento. También, pienso en mi musa, la actriz británica Audrey Hepburn, mujer vanguardista y natural, dos características fundamentales de mi clientela.

¿Qué fue lo más difícil de entrar al mercado internacional?

Lidiar con prejuicios por ser una marca colombiana. Los norteamericanos la asociaban al narcotráfico. Además, el simple hecho de que fuera una marca de confección sudamericana producía desconfianza en la clientela. Pero de a poco comprobaron la calidad de las telas y la rigurosa mano de obra.

El próximo paso de la marca es aliarse con una firma del mercado local.

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