La modelo "sensación"

La brasileña Raica Oliveira (30 años) comenzó a los 15 su carrera de modelo, gracias a John Galliano. En su breve paso por Chile, como figura de la pasarela del Santiago Fashion Week, se detuvo a hablar con revista Paula sobre los sacrificios que hace para mantenerse en la cima, y sus cuidados de belleza.




Paula 1156. Sábado 13 de septiembre de 2014.

La brasileña Raica Oliveira (30 años) comenzó a los 15 su carrera de modelo, gracias a John Galliano. En su breve paso por Chile, como figura de la pasarela del Santiago Fashion Week, se detuvo a hablar con revista Paula sobre los sacrificios que hace para mantenerse en la cima, y sus cuidados de belleza.

Apodada como "la sensación" por los medios de su país, la brasileña Raica Oliveira tenía 10 años cuando se le fijó en la cabeza la idea de que quería ser modelo. A los 13 entró a estudiar Modelaje en una academia de su barrio y a los 15 obtuvo el segundo lugar de la edición internacional de Elite Model Look. Poco después se mudó a Nueva York acompañada de su madre, fue fichada para una campaña de Dior y una pasarela Dolce & Gabbana. Ha sido portada de distintas ediciones de Vogue, desde la brasileña hasta la italiana, y de Sports Illustrated, entrando en la categoría de modelos de cuerpos infartantes.

Oliveira mide 1,78 m y su piel canela y rasgos exóticos la han llevado a ser parte del staff de "ángeles" de Victoria's Secret y firmar contratos con Pepe Jeans y Lancôme.

Ya convertida en "celebridad", junto a trabajos puntuales como modelo, se ha volcado a la televisión y la actuación, además de campañas solidarias en su país.

¿Qué es más desafiante: las producciones de moda, las campañas publicitarias o la pasarela?

Todo. Las editoriales exigen una inspiración, porque no eres tú y eso a veces cuesta. La pasarela es como un teatro y la modelo una artista. Todo sucede ahí en vivo y en directo y, si algo sale mal, no puedes volver a atrás. Eso me tensiona, pero a la vez es más desafiante.

En estos 15 años de carrera, ¿a qué le has dicho que no?

A los desnudos. No podría posar desnuda. No me sentiría cómoda.

¿Es cierto que John Galliano fue fundamental en el despegue de tu carrera?

Sí, lo conocí a los 15 años, cuando partí a París para participar en el Elite Model Look. Sin tener experiencia alguna, ni siquiera un portafolio, él me seleccionó para ser parte en una campaña de Dior y eso me dio una visibilidad que jamás imaginé. Sin él mi carrera no hubiese sido posible.

Aunque llevas años trabajando como modelo, ¿qué extrañas de tu vida anterior?

Definitivamente, la rutina. Eso es imposible si eres modelo. Te pueden llamar un día y avisarte que en una hora debes tomar un vuelo al otro lado del mundo y eso te impide hacer planes.

¿Siempre te sentiste linda?

¡No! Cuando empezó a interesarme el modelaje los niños del colegio me decían que yo era muy fea y así me sentía. De hecho, en una oportunidad hicieron un concurso y eligieron a las tres niñas más guapas y a las tres más feas del curso y yo gané la tercera más fea.

LA FÓRMULA DEL CUERPO PERFECTO

¿Cómo te preparas para un desfile?

Los cuatro días antes de un desfile importante me acuesto a las once de la noche como máximo y duplico mi dosis de ejercicio, haciendo dos horas de kick-boxing, pilates y trabajo muscular por la mañana y dos por la tarde. Además, hago un régimen detox con zumos, sopas de verduras y leche de almendras. Me gustan mucho los dulces, pero la semana previa a un desfile los elimino.

¿Cómo cuidas tu piel?

Me preocupo mucho de consumir antioxidantes. Todos los días me tomo en ayunas un zumo de manzana verde y repollo, y lo voy alternando con uno de naranja y agua de coco. Limpio mi piel todas las mañanas y noches con agua tibia con limón, que es astringente, uso las cremas de la esteticista brasileña Roseli Siqueira y me hago exfoliaciones periódicamente. Cuando tengo viajes muy largos uso una mascarilla de flores y plata, también de Siqueira.

¿De qué te privas para privilegiar cuidar tu cuerpo?

El sueño es muy importante, así que muchas veces no puedo salir con mis amigos o ir a cumpleaños familiares porque tengo que dormir para estar bien. Esta es una profesión bastante solitaria no solo por la vida social que se ve limitada, sino también porque la mayoría de las veces viajo sola. He estado en lugares paradisiacos acompañada solo de un libro y mi laptop.

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