Negro es el nuevo negro

De todas la sandeces que se pueden escribir sobre moda, la más recurrente –y casi cliché del momento–, es enunciar que tal o cual color es el nuevo negro. Ningún color será jamás el nuevo negro.




Paula 1130. Sábado 14 de septiembre 2013.

De todas la sandeces que se pueden escribir sobre moda, la más recurrente –y casi cliché del momento–, es enunciar que tal o cual color es el nuevo negro. Ningún color será jamás el nuevo negro.

La tentación que subyace a tal osadía viene de un resto de verdad, pera esa verdad solo le pertenece al negro. Es la que se cimienta en la cualidad omnipresente que tiene este oscuro color en la moda. Entonces, cualquier colorcillo asomado quisiera legítimamente igualarse al negro, amparado solo en una fugaz notoriedad adquirida artificialmente en una temporada.

Solo en eBay la búsqueda por la categoría "ropa, zapatos y accesorios" arroja para la palabra "negro" más de tres millones de ítems; el doble que para el azul y cinco veces más que para el gris o el café,

según se lee en una edición de la revista Intelligence Life. La ecuación no cambia si es invierno o verano. Si la estrella de la temporada es otro color, los estampados o el color block: pase lo que

pase el negro sigue dominando la mayoría de los desfiles, trátese de la década que se trate.

Siempre que hacemos una encuesta casera relativa a un color, el negro sale número uno en preferencias. Consultadas sobre cuál es la razón de la preferencia, la respuesta que gana suele ser: 1. Porque es elegante y 2. Porque no cansa.

¿Qué tiene este color –que en realidad no es color sino ausencia de él– que lo hace tan adictivo? Para muchos su embrujo descansa justamente en esa ausencia que se desparrama generosamente en todo el look, convirtiéndolo en un uniforme simple y voluntario que, lejos de igualar a todos quienes lo llevan, resalta la individualidad, al hacer que las prendas se desdibujen pasando a un segundo plano, y aislando los rasgos de la cara y el pelo, creando un marco en que los atributos del individuo se vuelven aun más únicos.

También es percibido como elegante (elegante= dotado de gracia, nobleza y sencillez), sin embargo puede pasar al extremo opuesto con mucha rapidez, volviéndose atractivamente vulgar. Siempre hay un peligro en él, una cuota de osadía.

El poder simbólico del negro es amplio y cruza todos los antagónicos, llevándolo a ser emblema de toda la democracia posible: entre sus cultores caben desde el cura hasta la más avezada cultora del sadomasoquismo, pasando por el ejército de mozos y los invitados de honor. Todos nos hemos sentido en momentos cautivos del negro y hemos cedido a la tentación de dejarlo (angustiados, como si se tratara de un vicio) y vestir colores, pero inevitablemente llega el día en que despertamos del autoengaño y volvemos a él.

También están quienes no gustan del negro, y en ellos se puede confiar tan poco como en la gente que declara que la época más feliz de su vida fue la infancia.

10 Crosby Derek Lam resort 2014.

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